La calidad de la educación de un país es tan buena como la calidad de sus profesores. Con esto en mente, la Ley Desarrollo Profesional Docente (2016), impuso un puntaje mínimo PSU para matricularse en Pedagogía, entre otros requisitos. Su objetivo era aumentar la selectividad de la carrera y de esa manera atraer a mejores candidatos. Sin embargo, los puntajes mínimos establecidos resultaron demasiado estrictos y la relación entre instrumentos de selección y desempeño docente, imperfecta. En consecuencia, esta política no ha logrado atraer a los mejores.
A lo anterior se suma que ha habido una disminución sostenida de la matrícula de primer año en Pedagogías, incluso por sobre la caída en la matrícula general de primer año, y que se proyecta un déficit de 26.000 docentes idóneos para el 2025. Por lo mismo, el año 2019, mediante la Ley de Reajuste del Sector Público, se aplazó la entrada en vigencia de los requisitos aún más estrictos que contemplaba la ley. Siguiendo esta línea, el Ejecutivo presentó un proyecto de ley en abril de 2021 entregando nuevos plazos y eliminando ciertos requisitos, recogiendo la propuesta de la Mesa de Atracción para Carreras de Pedagogía convocada por la Subsecretaría de Educación Superior, que se enmarca una estrategia integral para hacer frente a la problemática planteada.
Resumen ejecutivo
– El proyecto de ley evitaría una mayor caída en la matrícula de primer año en Pedagogía (que ha bajado un 40,2% entre 2017-2021 y un 27% en el último año) y disminuiría la escasez de profesores futuros (se proyecta que al 2025 faltarían 26 mil docentes idóneos en las aulas).
– El aumento en la selectividad de la ley vigente solo ha disminuido el ingreso de menores puntajes, pero no ha traído a los mejores candidatos. En efecto, entre 2017 y 2020, la proporción de alumnos que ingresa a la carrera con un promedio PSU (Lenguaje y Matemática) sobre los 600 puntos se mantiene estable (33%).
– Una mayor rigurosidad en los criterios de acceso no implica necesariamente contar con mejores docentes: entre los docentes evaluados con un buen desempeño, un 27% obtuvo menos de 500 puntos en la PSU.
– Si no se aprueba el proyecto, un 32% de los estudiantes que ingresaron en 2020 no se podrían matricular en 2026. Mayor exigencia que perjudicaría especialmente a los estudiantes de las regiones del norte (40% en promedio), así como a las carreras de pedagogía en educación parvularia e inglés (43%).
– Los requisitos 2026 actuales son tan altos que si se aplicaran a Derecho impedirían que un 33% de los matriculados en Derecho el 2020 y un 40% de los matriculados en Psicología el 2020, se inscribieran en dichas carreras. Estos porcentajes son mayores que en el caso de Pedagogía.
– Respecto al aumento de los requisitos de los Programas de Acceso a Pedagogía (PAP), -estar en el 15% superior de la generación-, los haría irrelevantes para el proceso de admisión.
– El proyecto de ley es positivo, pues permite otorgar mayores plazos para implementar las demás medidas que están en ejecución (acreditación de carreras, aumento de remuneraciones, etc.) y otras en carpeta: mejorar la Beca Vocación de Profesor (BVP), crear un sitio web que ponga a disposición del público información centralizada sobre las distintas etapas de trayectoria docente y crear campañas publicitarias que fortalezcan la valoración de los docentes desde la sociedad.
– Finalmente, las modificaciones propuestas en este proyecto fueron discutidas y analizadas en la Mesa para la Atracción a las Carreras de Pedagogía, por lo que cuentan con el consenso tanto de académicos como docentes e instituciones de educación superior.
Descarga aquí el análisis sobre el proyecto de ley de Pedagogías.
Revisa aquí la presentación en el Congreso.
Publicación en la prensa
Foto: Element5 Digital en Unsplash.