Una de las principales preocupaciones de los sistemas educativos del mundo es cómo proveer un aprendizaje de calidad a todos sus estudiantes más allá de sus características y/o condiciones socioeconómicas. Desafío que se vuelve más difícil a raíz de los efectos que ha tenido la pandemia en los aprendizajes y el sistema escolar en general.
Con ello, el presente documento busca poner en discusión cuáles son los mecanismos que tienen los países para medir la calidad de los aprendizajes de los estudiantes; cómo podrían verse afectados por las coyunturas actuales, y de qué forma las distintas herramientas de evaluación educacional existentes pueden convertirse en un insumo para cerrar las brechas de aprendizaje.
A partir del análisis de ocho sistemas educativos y la revisión de literatura, se pudo describir el grado de centralización administrativa de las instituciones a cargo de las evaluaciones, los propósitos y periodicidad de la evaluación, así como los esfuerzos que han realizado los países para llevar a cabo las evaluaciones en el contexto del Covid-19.
Teniendo siempre presente que la particularidad de cada sistema responde a las características socioculturales que posee, se constató que siete de los ocho países realizan evaluaciones de tipo censal en al menos dos o tres niveles educativos, los que se complementan con otras baterías de instrumentos evaluativos y que, con la pandemia, la mayoría ha optado por mantener estas evaluaciones con el objeto de contar con un diagnóstico acabado sobre la situación de sus estudiantes.
FOTO: Kimberly Farmer en Unsplash.