“Una prohibición absoluta no es el instrumento adecuado para el objetivo que persigue el proyecto”, expresó la investigadora de Acción Educar, Tania Villarroel, sobre la iniciativa que busca evitar el exceso de tareas escolares para ser realizadas en el domicilio de los estudiantes y que hoy se discutió en la Comisión de Educación y Cultura del Senado.
En su presentación, la abogada dijo que el proyecto supone un problema de escala nacional (los efectos nocivos de las tareas escolares en el ámbito académico, social y familiar) que no está respaldado por evidencia sistemática ni chilena ni comparada. Además, busca eliminar una herramienta, método o estrategia docente que tiene efectos positivos en el aprendizaje, obviamente bajo ciertas condiciones y contextos. Por otra parte, regular necesariamente rigidiza una herramienta muy dependiente del contexto de cada establecimiento. “Prohibir o regular las tareas vulnera la autonomía profesional de los docentes, y la libertad de enseñanza de los establecimientos”, enfatizó.
Por último, la investigadora sugirió cuatro puntos esenciales:
– No regular las tareas por ley, ya que la política de tareas debiese estar dentro del ámbito de decisión de cada establecimiento.
– No prohibir de manera absoluta las tareas, ésta debiese ser una herramienta de última ratio.
– Otorgar flexibilidad. Regular de manera de no ahogar la innovación ni prohibir actividades positivas para los estudiantes, otorgando suficiente flexibilidad.
– Establecer estándares. Permitir que la política sea revisada y adecuada con rapidez y facilidad: – La ley puede fijar el estándar y el objetivo pero la aplicación debe ser caso a caso. – El resguardo está dado por la fundamentación de las decisiones.
Descarga aquí la presentación sobre el proyecto de ley que prohíbe las tareas escolares.
Revisa la exposición de la investigadora Tania Villarroel (desde el minuto 28.00)