Educación sexual integral: ¿necesitamos una nueva ley?

Introducción

“Necesitamos una alfabetización en sexualidad”, señaló el Ministro de Educación en febrero de este año al preguntársele por el prometido proyecto sobre Educación Sexual Integral. Si bien, las urgentes acciones para la recuperación de aprendizajes perdidos durante la pandemia no han permitido contar con el piso político para llevar adelante el  proyecto de educación sexual prometido por el Ministro Ávila, ello no ha obstado para que el Ministerio de Educación haya promovido mediante otras vías su visión de lo que debe ser la educación sexual de los niños, niñas y adolescentes.

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En efecto, tanto la JUNAEB, como el propio Ministerio han llevado a cabo acciones encaminadas a orientar a estudiantes y comunidades educativas sobre una noción única de la sexualidad y la afectividad, que no conjuga la diversidad de visiones que las familias tienen frente a estos temas. Cobra así sentido el vocablo “alfabetización” utilizado por el Ministro, asumiendo que ni estudiantes, padres o profesores, tienen nociones reales o válidas sobre la sexualidad.

Teniendo en cuenta el escenario actual, y conscientes de que la falta de presentación del proyecto de ley de educación sexual integral no ha impedido al Ministerio abordar estas materias, hemos hecho un análisis del proyecto de ley anterior que se rechazó, para comprender tanto el objeto de lo que se pretende regular y resguardar, y sopesar, a su vez, la real necesidad de abordar los temas que el Ministerio plantea.

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