Las autoridades explican que se dividieron a los 268 mil postulantes para evitar aglomeraciones y se estableció un protocolo sanitario para los días de la rendición. El 23 de diciembre publicarán los grupos.
Por V. González
Continúan los preparativos para que en enero se realice, por primera vez, la Prueba de Transición, instrumento que reemplazará a la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Por eso, la Mesa de Seguridad, a cargo del Plan de Aplicación del test, ya entrega luces de cómo se realizará el proceso, que incluye las medidas para reducir los riesgos de contagio por la emergencia sanitaria.
El subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, afirma que para evitar aglomeraciones de los 268 mil postulantes, la prueba se deberá rendir en dos grupos aleatorios: el primero -conformado por 134 mil personas- lo hará el 4 y 5 de enero, mientras que el segundo la rendirá el 7 y 8 de enero. Y detalla que el grupo en que estará asignado cada estudiante, así como su local de rendición, serán comunicados el 23 de diciembre en el portal www.acceso.mineduc.cl
El plan se ejecutará en más de 700 locales de rendición, ‘con el objetivo de resguardar permanentemente el distanciamiento físico entre quienes van a rendir la prueba y evitar aglomeraciones’, sostuvo.
Ana Luz Durán, la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la U. San Sebastián, sostiene que ‘es una buena medida haberlos separado en dos grupos’ porque esto tiene ‘un alto sentido de realidad’. Eso sí, sobre la posibilidad de que se filtren los contenidos de la prueba dice que ‘esa preocupación existe en todo proceso’ y recuerda que el año pasado ocurrió, por lo que ‘no hay ninguna razón, ningún dato estadístico que nos diga que existe mayor probabilidad o menor de que se filtre’ en estas circunstancias.
En ese sentido, el subsecretario Vargas anticipa que ‘las pruebas se construyen simultáneamente, por lo que consideran el mismo temario y nivel de complejidad, pero son todas diferentes’. Y añade: ‘Esto permite que todas las pruebas tengan la misma validez técnica, pero no se repetirán sus preguntas’.
Por la pandemia también se tomaron otros resguardos excepcionales. El subsecretario remarca que quienes tengan covid-19 o estén en cuarentena preventiva como contactos estrechos, dispondrán de una fecha especial, por determinar, siempre en enero.
Además, durante la semana de rendición se implementará un protocolo sanitario en los recintos, que contempla mantener la distancia de un metro lineal entre cada postulantes, que las salas cuenten con ventilación natural, la sanitización entre prueba y al final del día, así como la demarcación de los ingresos y salidas (ver dato clave). Según la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, eso permitirá actuar ‘con una tranquilidad importante para disminuir la posibilidad de contagio’.
El ex subsecretario de Salud Pública y director de Medicina de la U. Autónoma, Jaime Burrows, afirma que ‘no se puede garantizar ninguna cosa 100%, pero sí me parece que son medidas prudentes y que están al nivel de lo que se conoce hoy para prevenir contagios’.
Cambios previstos
La directora del Demre, Leonor Varas, asegura que esta ‘es una prueba mucho más justa’ y que se garantiza por cambios como la reducción de los temarios y las preguntas (de 85 a 60 en Matemáticas y Lenguaje): ‘Eso significa (terminar con) una segregación que producíamos con la PSU hasta el año pasado porque preguntábamos todo el currículum, lo que afectaba a un sector de la población’.
Aunque se ha reiterado que por el contexto sanitario y las dificultades para impartir clases esta prueba solo contemplará contenidos esenciales de 4º medio, algunas organizaciones educativas tienen dudas sobre el desarrollo de la prueba.
La directora de estudios de Acción Educar, Tania Villarroel, comenta que aun con esta decisión ‘el contexto de pandemia probablemente tenga un efecto y es algo que se va a ver en el sistema educativo en general’. Enfatiza que ‘es muy importante que la prueba se realice’, pero reitera que ‘la pandemia ha afectado en términos educativos profundamente y ha acrecentado las brechas de aprendizaje’.
Coincide la directora ejecutiva de Educación 2020, Alejandra Arratia, quien destaca que ‘en un contexto normal es difícil que la prueba neutralice los problemas estructurales de inequidades que tiene Chile’. Y reitera: ‘En un contexto de pandemia, creo que eso es más difícil’.