El Mercurio: Movimiento de apoderados busca apoyo en experiencia argentina para presionar por el retorno a las aulas

“Padres organizados” ha protestado y presentado acciones judiciales en el vecino país. “Probablemente, en Chile pronto inicien medidas de presión más fuertes”, augura Joaquín Gardel, de dicha agrupación.

Por Dierk Gotschlich

El alza de contagios por covid-19 golpeó a Chile, así como a países vecinos, provocando restricciones de movilidad que han generado polémica, sobre todo en el plano educativo.

En Argentina, esta semana, un fallo de la Justicia federal dictó al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires que suspenda la presencialidad en los establecimientos, dejando sin efecto la medida cautelar que desde el lunes permitía que los alumnos acudieran a clases. Esto, bajo una fuerte presión de apoderados que exigen que los niños vuelvan a las aulas.

Una presión similar ha sumado adherentes en Chile mediante el movimiento de apoderados “Escuelas abiertas”, que exige que la educación sea considerada esencial, y que se puedan abrir los establecimientos, independientemente de la etapa en que esté una comuna en el plan “Paso a paso”.

Orientación vecina:

El movimiento, de hecho, hace dos semanas está en contacto con su símil de Buenos Aires, la agrupación “Padres organizados”, que ya ha protagonizado varias protestas y acciones judiciales exigiendo la apertura de las escuelas y jardines infantiles.

“Hemos mantenido las conversaciones para apoyarnos mutuamente”, comenta una de las voceras del movimiento chileno María Teresa Romero.

Aunque aún no imitan la estrategia judicial para lograr su cometido, dicen que están evaluando interponer una denuncia ante la Superintendencia de Educación frente a los colegios que están en comunas en fase 2 y aun así no abren.

Junto con ello, solicitaron mediante Ley de Lobby reuniones con el Ministerio de Salud y la Defensoría de la Niñez para exponer su postura.

Claudia Larroulet, quien también pertenece al movimiento, plantea que “nuestro objetivo es que realmente se visibilice a los niños y se considere que la educación presencial tiene que ser una prioridad a nivel nacional”.

Coincide Lucía Butazzoni, quien añade que “no queremos tomar medidas de acción tan tajantes sin antes no hacer conciencia de la realidad”.

Jazmín Aravena, en tanto, dice que seguirán buscando evidencia científica que respalde su posición: “En general, los niños son una población a la cual el virus afecta relativamente poco”.

Desde el otro lado de la cordillera, Joaquín Gardel, del movimiento “Padres organizados”, plantea que el escenario chileno “va un poco desfasado respecto del de nosotros, pero probablemente pronto inicien medidas de presión más fuertes, ya que pasan las semanas y no se ven cambios concretos en la apertura”.

El apoderado trasandino valora que ambos movimientos estén implementando formas de organización similares, como dividirse por zonas. La iniciativa chilena ya tiene grupos en Santiago, Valparaíso y Temuco.

En el caso de Chile, sus impulsores cuentan con apoyo de distintas fundaciones educativas, entre ellas Acción Educar.

La directora ejecutiva de esa organización, Magdalena Vergara, dice que cuando bajen los contagios, debiese reevaluarse el plan “Paso a paso” para que se flexibilice el funcionamiento de colegios para alumnos de grupos priorizados, como estudiantes de parvularia o con necesidades educativas especiales: “Es posible reevaluar el plan y ver cómo los colegios pueden ser la prioridad, antes que el resto de las actividades”.

El ministro de Educación, Raúl Figueroa, dice que la organización de los padres “está alineada con lo que el Ministerio de Educación ha promovido en forma permanente. Hemos señalado siempre que los colegios deben estar abiertos para las familias en los territorios donde las condiciones sanitarias lo permitan”.

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