Mientras temas como seguridad y el debate constituyente dominan la agenda, expertos de todo el espectro político llevan ya meses pidiendo ver otra realidad: la catástrofe educativa en que entró Chile, entre la pandemia y los desafíos que el sistema ya enfrentaba antes. El tiempo corre y lo que está en riesgo, alertan, es el futuro del país.
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Comunidades que viven entre agresiones y violencia
Las molotov y los overoles blancos son quizás la cara más visible, pero no la única que tiene la crisis que también cruza la convivencia escolar hace ya años.
Al 30 de septiembre, la Superintendencia de Educación ya contabilizaba un total de 10.980 denuncias y de ellas, 8.038 eran por motivos relacionados a este ámbito. Hasta junio, en tanto, los reclamos por maltrato físico o psicológico entre estudiantes había crecido 56% en comparación a 2018 y 2019. El primer semestre, cuando este panorama se hizo visible, el Ministerio de Educación consideró que esto tenía relación, al menos en parte, con el regreso a la presencialidad, por lo que una de las medidas que se tomaron fue flexibilizar la jornada escolar.
“Efectivamente, hay situaciones que aumentaron por la socialización y estudiantes que han tenido mayores dificultades para volver a tratar con otros, con la diferencia, tratar con el grupo. En ese contexto, la violencia aumentó. Pero eso no tiene nada que ver con otro tipo de violencia, y es la distinción que hay que hacer, que tiene que ver con casos como los overoles blancos”, recalca Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
Quién es quién en el Mineduc que afronta la crisis
Profesor de Castellano y Magíster en Educación, en la mención de currículum e innovaciones pedagógicas. Marco Antonio Ávila se convirtió en marzo en ministro. No era su primer contacto con el Mineduc, eso sí; entre el 2015 y 2018 se desempeñó como vice y luego coordinador nacional de nivel de Educación Media de la División de Educación General. Es militante de RD, participó de la elaboración del programa de gobierno y ha promovido un “cambio de paradigma”, mirada que le ha valido varias críticas.
“Ese objetivo es válido, pero el Gobierno no tiene las mayorías parlamentarias ni el apoyo interno de su propia coalición y tras el plebiscito ni siquiera hay un ánimo general de la población para hacer lo que él está proponiendo”, critica el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez.
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